martes, 2 de julio de 2013

Fe, herejías y caridad

Para reflexionar.

Quiero reproducir unas palabras de Henri de Lubac que fueron escritas hace cincuenta años:

''Si los herejes ya no nos horrorizan hoy como horrorizaban a nuestros antepasados, ¿estamos seguros de que se debe a que hay más caridad en nuestros corazones? ¿O no será a menudo, quizás, aunque no nos atrevamos a decirlo, porque ya no nos interesa la cuestión en sí, es decir, la auténtica sustancia de nuestra fe? Quizás seamos hombres de una fe demasiado familiar y pasiva y por eso los dogmas ya no son el Misterio en el que vivimos, el Misterio que debe realizarse en nosotros. Por lo tanto, la herejía ya no nos escandaliza. O al menos ya no nos sacude como algo que intenta arrancar de nosotros el alma de nuestras almas… Y por eso no nos cuesta ser amables con los herejes y no nos repugna mezclarnos con ellos. No siempre es la caridad, me temo, lo que ha aumentado o se ha hecho más tolerante: a menudo es la fe, el gusto por lo eterno, lo que ha disminuido''. Henri de Lubac, More Paradoxes Quid vobis videtur?
Alberto Payá.